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Para pensar juntos...: "Lo que cuenta es lo que aprendes después de saber" John Wooden

domingo, 25 de febrero de 2007

Sobre las emociones rancias: Un cuento sufi

El trabajo sobre las emociones rancias es indispensable para toda persona que busque el conocimiento. Cada Tradición de Sabiduría lo ha expresado a su manera, y muchas de ellas lo tienen como paso indispensable antes de acceder a cualquier otro tipo de práctica. ¿De qué vale conocer de memoria distintos mantras, asanas del Yoga o sutras y koans, si uno no mira de frente su propia miseria, sus aspectos internos menos trabajados? Querer eludirlos es mentirse. Como dijo alguna vez Ken Wilber, es pretender hacer un “by pass espiritual”. Una de los trabajos de Hércules fue el de limpiar unas porquerizas. En nuestro caso, la tarea no es diferente!

Desde la neurobiología hoy se sabe que las emociones rancias, cuando se dan como un estado recurrente, generan un fenómeno curioso: LA ADICCIÓN A SÍ MISMO. Así es: no se trata de una adicción a consumir distintas sustancias, sino un tipo de adicción mucho menos evidente, socialmente desapercibida: A AUTO-GENERAR ESTADOS EMOCIONALES RANCIOS. ¿Cómo es esto? Sí: las emociones ingratas (la disconformidad crónica, el resentimiento, el estado de ofensa permanente, la lástima de sí, la melancolía...) implican la presencia en sangre de determinadas sustancias bien específicas. Para quien tiene este tipo de auto-adicción, los estados de bienestar pueden generarle algo así como un síndrome de abstinencia. En ese momento del “estar bien”, ponerse mal con cualquier justificativo puede equivaler a darse una inyección de una droga, o aspirar cocaína. Y, si la persona no se da cuenta, se repite, y se repite, autogenerando una y otra vez el mismo estado emocional, con distintos contenidos aparentes. Es más: puede ser que inclusive BUSQUE CIRCUNSTANCIAS Y VÍNCULOS TÓXICOS que le garanticen LA PROVISIÓN DE SU DROGA ENDÓGENA. Como en muchos países se dice, “hacerse mala sangre”...

Una pregunta inteligente, entonces, es, autorrefiriendo esta información:¿A qué emociones rancias soy auto-dependiente?. El trabajo posterior NO consistirá en anularlas, decidiendo desde el voluntarismo “no sentirlas más”. Ésa es una pretensión imposible! La tarea será INVESTIGARLA, estudiar su comportamiento mediante la autoobservación, tal como estudiaríamos a una especie animal para comprender sus costumbres. Y, dado que la observación modifica a lo observado (como lo expresa la Física Cuántica), esa tarea implicará un PROCESO de transformación personal, poco a poco, paso a paso...

Aquí va un cuento sufi, relatado por Al Ghazali en el siglo XI, que nos habla sobre este fenómeno psicológico. (La adaptación del cuento es nuestra):

En cierta ciudad de Oriente las tiendas estaban organizadas por calles: la de los vendedores de telas, la de los que comerciaban todo tipo de lámparas y aceites, la calle de quienes vendían pájaros en distintas clases de jaulas... Una de esas calles era la de los vendedores de perfumes, en la cual, tienda tras tienda, podían obtenerse las más exóticas y exquisitas fragancias.
Un basurero, que trabajaba a diario recogiendo desperdicios en un poblado vecino, estaba por primera vez de visita en esta ciudad. (De hecho, también era la primera vez que salía de su propio poblado, tan poco era lo que había podido viajar...).

Recorriendo, asombrado, las distintas tiendas especializadas, cuando comenzó a caminar por la calle de los vendedores de perfumes, de pronto cayó al suelo, como muerto. La gente trató de revivirlo con fragantes aromas, colocándolo bajo sus narices para hacerle volver en sí; mas sólo lograban con ello empeorar su estado, produciéndole convulsiones y patéticos estertores.

Finalmente apareció un ex basurero, quien conocía al desdichado por haber trabajado en su poblado, hacía mucho tiempo atrás. Con sólo dar un vistazo a la escena, inmediatamente comprendió la situación. Manoteando rápidamente una bolsa de residuos que estaba junto a la puerta de una tienda, tomó ago inmundo y, agachándose frente al basurero, apartó a todos los que trataban de socorrerlo. Entonces sostuvo esa inmundicia frente a la nariz del hombre, gritándole: “Huele! Huele!”. Así fue que, para sorpresa de todos, el desmayado revivió inmediatamente: abrió sus ojos, como fascinado, dibujándosele en el rostro una amplia sonrisa. Y, con el estupor de los presentes, gritó a viva voz: “¡Esto sí que es perfume!”.

Imagen: Antiguo grabado sufi.

Te invitamos a participar de los Foros grupales. Los encontrarás clickeando aquí . Son imperdibles!

jueves, 22 de febrero de 2007

Sobre la Belleza de cierta lágrima...

En la Psicología del Budismo, existe un ejercicio meditativo para los practicantes avanzados que se llama "Tonglen". Para describirlo de algún modo, digamos que consiste en inhalar el dolor de todo lo sintiente, permitiéndose ser atravesado por ese dolor, transformarlo dejándonos que nos transforme, y luego exhalarlo.

Más allá de esta profunda práctica, es natural que cualquier persona que camina hacia la lucidez, al menos por momentos se sienta partícipe de ese dolor que no es exactamente propio, sino que es no-personal, o hasta trans-personal. Ese dolor expande nuestra conciencia, nos saca del yocito mezquino y pequeño, rumiante y susceptible... Es un dolor que dignifica. El equilibrio estará en cumplir con la propia vida, gestando la alegría posible, y dejar espacio para ese dolor no-personal, convirtiéndolo, en lo posible, en acciones solidarias.

Miren qué bello modo de decirlo que tuvo el poeta español León Felipe:

NO HE VENIDO A CANTAR
No he venido a cantar, podéis llevaros la guitarra.
No he venido tampoco, ni estoy aquí arreglando mi expediente
para que me canonicen cuando muera.
He venido a mirarme la cara
en las lágrimas que caminan hacia el mar,
por el río y por la nube...
y en las lágrimas que se esconden en el pozo,
en la noche y en la sangre...
He venido a mirarme la cara en todas las lágrimas del mundo.
Y también a poner una gota de azogue, de llanto,
una gota siquiera de mi llanto
en la gran luna de este espejo sin límites,
donde me miren y se reconozcan los que vengan.
He venido a escuchar otra vez
esta vieja sentencia en las tinieblas:
Ganarás el pan con el sudor de tu frente
y la luz con el dolor de tus ojos.
Tus ojos son las fuentes del llanto y de la luz.

LEON FELIPE (Poeta español, 1884-1968)


Algo más: al clickear aquí encontrarán los comentarios que, sobre este tema, han ido subiendo distintas personas que reciben estos mails. Deberán seleccionar la opción "Del otro lado del dolor". Son imperdibles! Y está aún abierto para recibir más comentarios. Gracias por convidarnos sus aprendizajes!
Imagen: Alicia La Valle, Lic. en Letras y artista plástica argentina. Coordina grupos de mujeres en base a cuentos de distintas culturas que aluden al desarrollo interior femenino. Esta obra es una ilustración para un cuento del libro “Mujeres que corren con Lobos”, de Clarissa Pinkola Estés. Su e-mail es alicialavalle@netizen.com.ar

domingo, 18 de febrero de 2007

Un relato: "¿Tiene sentido?"


Para la persona lúcida y sensible, que no quiere permanecer ajeno al dolor del mundo, tratar de hacer algo para mitigar ese dolor ajeno (que se vuelv propio) puede resultar sumamente desalentador. A veces ayudar nos enfrenta con la impiedad del sistema, con personas que ponen obstáculos a la buena obra, con la sensación de que es tan grande el problema, y tanto crece en este mundo lo que se dedica a dañar, que parece no tener sentido hacer nada de nada...

Sin embargo, así como la sumatoria de insconsciencias genera contaminación, muerte, horfandad, corrupción... la sumatoria de actitudes conscientes es quizás el único recurso con que la Humanidad cuenta para sortear este tiempo tan difícil. En esa tarea, es muy importante no perder de vista que cada pequeño gesto no sólo tiene sentido, sino que es necesario. Quién lo hará, sino uno mismo? Les compartimos un relato para que les acompañe en ese empeño cotidiano. La esencia de esta historia nos llegó sin autor. Y nos gustó tanto que aunque hace algunos años la hemos compartido, aquí va nuevamente. Haremos nuestra propia adaptación, mas si alguien conoce la fuente original, agradeceremos nos lo avise.


La imagen es la de un crepúsculo en la playa. Él, un muchacho joven, de dieciséis, o tal vez de menos, caminando hacia el oeste. Las olas golpeteaban la orilla desde lejos, con la marea baja, como si expresaran el ritmo de la respiración del mar.
De pronto, él vio a lo lejos una extraña silueta humana en arduo movimiento. Apuró el paso, imprimiendo su huella en la arena. A medida que se acercaba, vio que la silueta era femenina. Y desde más cerca aún, advirtió que la mujer era madura: tal vez ya sabría todo lo que a él tanto le asustaba aprender. Sin embargo, esa misma inseguridad solía volverlo algo arrogante, como impostando la falsa condición de “estar de vuelta”, de saberlo todo...
A medida que avanzaba distinguió que los frenéticos movimientos de la mujer consistían en arrojar estrellas de mar de regreso a las aguas: la marea baja había dejado un sinnúmero de ellas varadas en la arena, imponiéndoles el fatal destino de morir fuera de su elemento vital. Ella las recogía una por una y, como con urgencia, iba devolviéndolas al mar.
Él sintió como un sabor extraño dentro de sí, entre el sarcasmo y el desconcierto. Se paró a pocos metros de ella, y, sin saludarla siquiera, le inquirió:
- ¿Qué es lo que hace?
Ella, sin detenerse ni un instante, le respondió lo obvio:
- Las devuelvo al mar para que vivan.
Entonces él dejó salir en el tono de su voz ese sarcasmo inmaduro, paralelo a su desconcierto:
- Pero... son cientos... miles...!! Lo que usted hace no tiene sentido!
La mujer apenas lo miró de soslayo, sin perder ni un segundo. Tomó una estrella de mar y se la mostró, con su palma abierta, diciéndole:
- Para ésta... para ésta SÍ tiene sentido.
Y, prosiguiendo su solitaria tarea, la arrojó con premura al mar.

Todos dejamos una huella al pasar por este mundo. Y esa huella puede ser parte de las que mancillan esta Tierra, o bien una huella que ha buscado ser para el bien común, en cualquier orden que sea. Queremos invitar a que quienes están realizando algún tipo de acción personal o colectiva para mejorar en algo (poco o mucho) el entorno (su barrio, su ciudad, el mundo...), comparta aquí en qué iniciativa está participando (ya sea haciendo un click por internet en cualquier campaña ecologista, o bien por los derechos humanos, los animales, los niños, las cárceles ilegales, la tala indiscriminada, la violencia de género, el hambre, la educación, el arte...). Nos hará bien saber que existen! Para participar hacer click aquí. Y no dejen de leer lo que sigue:

Ilustración:Sembrador”, de Pilar Benítez Veloso; argentina, nacida en 1957, es parte de los artistas que exponen a través de la Fundación Artistas Discapacitados. A pesar de haber nacido sin ambos brazos por malformación congénita, a partir de los 5 años aprendió a coser, bordar, tejer y pintar con los pies, así como a hacer telar, macramé, grabado, litografía y diseño gráfico. Fue becada por la Asociación Mundial de Pintores que Pintan con la Boca o el Pié, con sede central en el Principado de Liechtenstein, a través de la cual sus obras son editadas en tarjetas y calendarios artísticos en muchos países del mundo. Ha viajado a distintos países no sólo a estudiar o exponer, sino también a dar conferencias y seminarios (España, México, USA...). Estando actualmente radicada en Córdoba, Argentina, y en su deseo de concientizar al ser humano a valorar y desarrollar todo su potencial, visita escuelas dialogando con alumnos y docentes, pintando y bordando ante ellos. También lo hace en parques y paseos públicos, conversando con la gente. Gracias, Pilar, por sembrar Belleza! (Para ver algo más de su obra y de su vida, o contactarse con ella clickear aquí.)

sábado, 10 de febrero de 2007

Del otro lado del dolor

Transitar un duelo es difícil. Y la vida nos propone duelos por demás: una pareja que termina, los hijos que se van, el cuerpo que pierde habilidades, lugares que ya no volveremos a ver, animales queridos, tantas, tantas cosas... Además hay duelos por asuntos invisibles: resignar no sólo lo que ya fue, sino lo que nunca ha sido: anhelos incumplidos, proyectos que no llegaron a realizarse, amores truncos aún antes de empezar...

Es parte vital de la tarea humana atravesar esos dolores, más grandes o más pequeños. Como aquellos que caminan sobre brasas, estamos llamados a cruzar este dolor, aunque queme, para pasar al otro lado. ¿Y qué hay del otro lado? Difícil es concebirlo mientras estamos aún en carne viva. Pero si nos animamos a seguir caminando, del otro lado nos pueden esperar distintas preciosuras: templanza, integridad, comprensión, madurez, apertura, claridad, y... )quién sabe!(, a veces Alegría. Una alegría que no es ortopédica, no es postiza, pues nada externo la provoca. Es legítimamente interna: una rara inflorescencia que se abre paso entre las viejas espinas.


Si lo has vivido alguna vez, bien lo sabrás (con sólo rememorar, seguramente hallarás en tu haber esta experiencia... Y hasta es posible que sientas compasión y cariño por ese doliente que has sido...). O bien, si lo que estás viviendo es el dolor, al menos tal vez puedas darle la oportunidad a que algo Nuevo germine del ese amargo terreno. Ojalá que así sea, para cada uno de nosotros.

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
(Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía.)

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

JOSÉ HIERRO *

Algo más: Si en tu experiencia personal te has visto en la situación de "atravesar las brasas del dolor" y encontrar algo valioso "del otro lado", te invitamos a que nos convides tu aprendizaje expresándolo en el espacio que dejamos disponible en nuestro sitio web. Al clickear
aquí encontrarás distintas opciones. La que refiere a este tema se llama "Del otro lado del dolor" (pero si quisieras leer o participar en los otros Foros están abiertos también...). Tu aporte quizás pueda acompañar a quien aún está en medio de la tristeza.Así, como siempre, aprenderemos todos de todos. Gracias!

*José Hierro: Poeta español nacido en Madrid en 1922. Es considerado como uno de los grandes poetas contemporáneos de habla hispana. Su obra abarca temas sociales y de compromiso con el hombre, el paso del tiempo y el recuerdo. Durante la guerra civil se dedicó a actividades clandestinas que motivaron su encarcelamiento en 1939. Después de ser liberado en 1942, se desempeñó en diversos oficios durante varios años. Falleció en 2002.

Imagen: "Árbol despertando", de Andrea Bach, artista plástica argentina.

domingo, 4 de febrero de 2007

Comprometerse con la Vida


Bello es el título de la biografía del poeta Pablo Neruda: "Confieso que he vivido". De eso se trata: de encarnar de veras. En la tradición del Budismo, por ejemplo, se dice que nacer un humano es un privilegio, y más lo es haber nacido con la posibilidad de llegar a absorber algo de Conocimiento. Y es bello deber honrar esa oportunidad, para desarrollarse uno mismo y para dar de sí a los demás...

Quizás hayan visto ciertas estatuillas que representan al Buda, en postura de meditación, y que muchas de ellas tienen sus manos dibujando signos. Esos gestos se llaman "mudras", y cada uno tiene un significado diferente (significado que se invoca al meditar sosteniendo ese gesto). Uno de ellos implica tener la mano izquierda descansando sobre el regazo, y la derecha tocando la tierra con la yema de los dedos. Ese mudra significa comprometerse con el estar vivo en este mundo. Esto es: dar lo mejor de sí, ser el mejor humano que uno pueda, y brindarle a esta Tierra lo que uno haya traído para dar. Y hay algo curioso: sólo al hacerlo la persona encuentro cierto regocijo: un profundo contento que no tiene que ver con el éxito o con ninguna otra cosa, sino con sentir que se está participando en la tarea con la cual uno puede dejar el mundo un poquito mejor que como lo encontró. Cuando se siente ese llamado (de allí viene la palabra "vocación" = "vocare" = llamado), puede que haya hasta cierta urgencia en brindarse, en dar de sí, en tener, cada uno en su puesto, una actitud activa para ayudar a otros que tengan menos posibilidades de las que uno haya tenido.

Volvamos al querido Neruda, que, desde su apasionada urgencia esencial, nos convida estas palabras en su poema "Oda a la claridad", para que no nos quedemos pasivos, para que no perdamos el tiempo. Que es una Utopía? Lo seguirá siendo solamente si quienes pueden hacer, no hacen, si quienes quieren dejan de querer (y, por favor, no dejen de leer lo que sigue al poema...):


Yo soy,
yo soy el día,
soy
la luz.
Por eso
tengo
deberes de mañana,
trabajos de mediodía.
Debo
andar
con el viento y el agua,
abrir ventanas,
echar abajo puertas,
romper muros,
iluminar rincones.

No puedo
quedarme sentado.
Hasta luego.
Mañana nos veremos.
Hoy tengo muchas
batallas que vencer.
Hoy tengo muchas sombras
que herir y terminar.
Hoy no puedo
estar contigo, debo
cumplir mi obligación
de luz:
ir y venir por las calles,
las casas y los hombres
destruyendo
la oscuridad. Yo debo
repartirme
hasta que todo sea día,
hasta que todo sea claridad
y alegría en la tierra.

PABLO NERUDA

Entonces: Les interesen o no las Artes Plásticas, no dejen de leer lo que sigue: puede abrir una puerta de tu interioridad. Son palabras del artista que ilustra esto que hoy compartimos. Además de su talento tiene una peculiaridad: al escucharlo, uno aprende, pues su dolor ha sido su Maestro. Aprende algo que es esencial: Comprometerse con la Vida. Gracias, Gabriel!

"Mi nombre es Gabriel Laufer. Tengo 32 años, un título universitario en Diseño Gráfico y una pasión: la pntura, gracias a la cual puedo expresar emociones, sentimientos y compartir mi sentir. Tengo una enfermedad: Esclerosis Múltiple (EM) que me dificulta en muchas cosas y me ha dado la gran oportunidad de cambiar y de aprender...

Tengo un cuerpo que no responde como quisiera, pero tengo también la certeza de que no soy sólo ese cuerpo.
Y estoy aquí, aprendiendo, riendo, creando, pintando, amando, viviendo con intensidad cada instante. Porque, como todos, tengo mucho más de lo que me falta. Sólo hay que saber verlo. Es una elección consciente.

Durante mucho tiempo estuve condicionado a “estoy bien o mal” dependiendo de cuán bien o mal estuviera mi cuerpo. Hoy me despego de él. Sé y siento profundamente que soy mucho más que lo que me pasa. La enfermedad ha sido, es una gran maestra. Estoy lejos de pensar: “Uy, tengo EM, pobre de mí!” Creo que todos atravesamos por circunstancias que nos ponen a prueba en la vida. No hay pruebas más grandes o más chiquitas, no es más importante o más dramático lo que me pasa a mí que lo que le sucede a cualquier otra persona.

La pintura es algo que sentí desde siempre, pero creo que llegó cuando debía. Lo hizo en un momento en que mis manos empezaron a temblar. No podía usar un pincel, lo que no significaba que no pudiera pintar, sino que debía hacerlo con las posibilidades que tenía.

Cómo podría haber imaginado a los 21 años, cuando recibí el diagnóstico de mi enfermedad, que la vida iba a depararme tantas sorpresas? Recuerdo el momento en que me impusieron usar un bastón. Lloraba sin parar, no quería aceptarlo. De repente, entre lágrimas, me di cuenta de que gracias a ese bastón que tanto rechazaba, podía mirar el cielo. Y seguí llorando, ya no de pena, sino de agradecimiento. Porque cuando tenés dificultades de equilibrio, sólo mirás el suelo, y darme cuenta del cielo fue alucinante.

La gran mayoría de la gente cree que la vida termina en la planta baja y se priva de ver la belleza que hay más arriba. Aprendí a aceptar y a regirme por dos leyes esenciales: la ley de impermanencia y la de incertidumbre. Vivimos tratando de aferrarnos a la ilusión de lo “seguro”: una relación, un trabajo, la salud, una posición económica... Nos angustia, nos desespera la posibilidad de perder el control sin darnos cuenta de que lo único que tenemos es el presente, el aquí y el ahora, pues todo lo demás es incierto, pues todo pasa. Quién sabe qué nos depara el futuro? Quién sabe si voy a estar siempre en esta silla de ruedas? No pienso preguntárselo al médico. El tendrá su opinión “segura”.

Yo sé que la vida es mucho más grande de lo que te puedan venir a explicar. Por eso, con consciencia, elijo estar abierto al misterio y a la sorpresa de cada día. Elijo, a cada instante, elijo pintar el paraíso, entrar en él y compartirlo. "

La presente obra se titula "Atravesando". Ver otras obras de Gabriel en el sitio de la Fundación para Artistas Discapacitados:
http://www.artistas.org.ar/plasticas/gabriel_laufer.htm