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Para pensar juntos...: "Lo que cuenta es lo que aprendes después de saber" John Wooden

miércoles, 24 de enero de 2007

Un cuento sobre el "qué dirán"


Cuando en las Tradiciones de Sabiduría se habla de que el ser humano necesita trabajar sobre sí mismo para lograr "libertad interior", esa expresión, -que puede parecer abstracta-, es bien concreta: cada uno de nosotros tiene como tarea liberarse de las numerosas cárceles que maniatan la expresión de nuestra verdadera identidad. Una de esas cárceles es el miedo al "qué dirán": en una persona común, la mirada de los otros tiene enorme peso: ser aprobado, admitido, reconocido... Por lo tanto, invierte una enorme cuota de energía en sostener una determinarda imagen para no ser rechazado, excluido, criticado... Sin embargo, el sostenimiento de esa imagen nos roba la posibilidad de elegir con libertad, decidir sin condicionamientos externos, ser espontáneos sin temer el ridículo.

La persona que aspira a esa libertad interna debe prepararse a que, en alguna medida, sea criticada por sus decisiones: siempre habrá alguien que condene o repruebe lo que hacemos en esta vida. ¿Estamos dispuestos a no desviar nuestro rumbo por ello? Maslow (uno de los pioneros de la Psicología Transpersonal) decía que un terapeuta debe preparar a su paciente para ser en alguna medida "impopular" (esto es, a tomar el riesgo de que, si se atreve a ser quien realmente es, eso no le guste a muchos otros). Sólo así podemos cumplir con nuestro real destino esencial, en lugar de actuar teniendo como principal parámetro las expectativas de los demás...

Según los sufis, hay tres rangos para observarse a sí mismo: lo que uno ES, lo que uno CREE QUE ES, y lo que UNO CREE QUE LOS DEMÁS CREEN QUE UNO ES. Complejo, ¿verdad? En el trabajo sobre sí se van atravesando estas tres capas internas. La mayoría de las personas, en cambio, vive de acuerdo a la segunda y la tercera variable.

Tan antiguo y universal es este tema que el cuento que hoy les compartimos hace siglos que da la vuelta al mundo, con distintas versiones. Que les acompañe!

EL ANCIANO, EL NIÑO Y EL BURRO (Cuento anónimo de la India)

Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. Puesto que el asno estaba viejo, llegaron a una aldea caminando junto al animal, en vez de montarse en él. Al pasar por la calle principal, un grupo de mozalbetes se rió de ellos, gritando:

-¡Mirad qué par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro.

Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al transitar entre las casas, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Entonces dijeron a viva voz:

-¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y el pobre niño caminando.

Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos. Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados:

-¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Han visto algo semejante? El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado.

-¡Qué vergüenza!

Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre su lomo. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar:

-¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tienen corazón? ¡Van a reventar al pobre animal!

Estando ya el burro exhausto, y siendo que aún faltaba mucho para llegar a destino, el anciano y el niño optaron entonces por cargar al flcao burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando:

-Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas. ¡Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!

Nota: Queremos ofrecer en nuestro sitio web un espacio para, una vez más, APRENDER TODOS DE TODOS. Y la propuesta apunta, esta vez, a que quienes lo deseen conviden desde su propia experiencia cómo van venciendo este temor al “qué dirán”, al ridículo, a MOSTRARSE TAL CUAL SE ES. ¿Qué estrategias les han permitido ir liberándose de ello? ¿Qué obstáculo aún se presenta en la vida de cada uno respecto de esa libertad? ¿Qué circunstancias personales les dejaron la enseñanza de ser más auténticos en este sentido? Quienes quieran subir su comentario (lo cual es SUMAMENTE SIMPLE DE HACER) pueden clickear sobre el siguiente link:
http://www.centrotranspersonal.com.ar/index2.php?ir=foros/indexforo.php
Hallarán allí varios Foros, y pueden participar de todos ellos, pero el último (al pie de la lista) es el que corresponde a este tema. Gracias por dar de sí!
[Imagen: Antiguo grabado sufi]

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