
toda flor,fueron secreto un día. florece a partir de hoy.
Crecimos aprendiendo a sospechar de quienes somos. Hay a quienes les ayudaron en el asunto ciertas etiquetas que les pegaron mal en la frente (o, peor, en el pecho): “inadecuado”, “depresivo”, “edípico”... Pero... ¿Quién había detrás de la etiqueta? ¡Una semilla con miedo a “brotarse”! Hasta llegar, con suerte, a confiar en nuestra capacidad de hermosura. En esa instancia uno asume que sí puede vivir como original de sí mismo: desiste de ser copia, de imitar para encajar. Nadie resulta un fraude si es quien es, sin pretender ser lo que no.
Entonces: hace falta un pacto de confianza. Dejar de sospechar de quienes somos, de achicarnos para caber en ese tarrito hecho en serie al que nos confinaron. De nosotros depende trasplantarnos a tierra plena para ejercer la audacia de ser individuos. Y ser individuos no es ser individualistas: es ser enteros, para ser con todos. Cumplirnos la promesa que nos hicimos antes de nacer. Para eso vinimos!
Leonor Bravo, poeta ecuatoriana, lo dijo así:
Entonces: hace falta un pacto de confianza. Dejar de sospechar de quienes somos, de achicarnos para caber en ese tarrito hecho en serie al que nos confinaron. De nosotros depende trasplantarnos a tierra plena para ejercer la audacia de ser individuos. Y ser individuos no es ser individualistas: es ser enteros, para ser con todos. Cumplirnos la promesa que nos hicimos antes de nacer. Para eso vinimos!
Leonor Bravo, poeta ecuatoriana, lo dijo así:
Todo fruto
toda flor,
fueron secreto un día.
Semilla enterrada
en la necesidad.
Secreto de tu vida
florece a partir de hoy.
Sé voz, color y canto.
Sé en toda dirección.
Alumbra al mundo con tu vida.
Que desde ahora nadie
se pierda más de ti.
Permitida su reproducción citando esa fuente. Sitio web www.centrotranspersonal.com.ar
Imagen: J. Palacios
No hay comentarios:
Publicar un comentario