.............................................................................................................
Más de 8.000 personas afines de todo el mundo participan de esta Red de Pensamiento Sensible. Para suscribirte gratuitamente al boletín semanal clickear aquí.
..............................................................................................................
Para pensar juntos...: "Lo que cuenta es lo que aprendes después de saber" John Wooden

viernes, 13 de abril de 2007

Han matado a un maestro

Sin banderas políticas, simplemente porque es necesario decirlo, decirlo hasta que en cada lugar de la Tierra cobre fuerza. La Humanidad evoluciona sólo con la toma de conciencia de cada individuo...

En memoria del maestro Carlos Fuentealba, asesinado por represión policial en abril de 2007
al reclamar pacíficamente su derecho a un salario digno.

HAN MATADO A UN MAESTRO

Silencio en las esquinas de la ciudad, en la aldea,
silencio en las fábricas; silenciados conciertos...
El Río de la Plata congeló sus mareas,
el Limay decidió parar su movimiento.

Las gentes se abrazan, se miran, se sostienen,
enarbolan pancartas con letal desconsuelo.
Pacifista granada, un murmullo detona
vigoroso, indignado: “Han matado a un maestro!”.

Los pájaros se quedan con las alas plegadas:
“Hasta no haber justicia, nunca más volaremos”.
El labriego suspende su cosecha y su arada:
Ni una semilla más: han matado a un maestro.”

Cerrados los puentes, las calles, las cantinas,
las escuelas cerradas, cerrados los comercios,
serios los que reían, mudos los que cantaban:
“Hasta que hagan justicia, sólo lloraremos”.

La señora elegante, el vendedor de libros,
el gerente del banco, la médica, el obrero
han salido a las calles con guardapolvos blancos:
“No se escondan, cobardes: han matado a un maestro!”

Los niños han dejado de jugar en las plazas,
abriendo sus pupilas, de tanto desconcierto:
“Mamá, ¿cómo puede ser que Dios permita
que aquellos hombres malos mataran a un maestro?”


La fuerza de los muchos obliga a ese milagro:
la palabra “injusticia” se desploma, muriendo;
la vil inteligencia buscando coartadas
se queda sin defensa: “No lo permitiremos!”

Con una barricada construida por millones,
no podrán escaparse con sucios argumentos
los que matan con bala, con hambre, con promesas,
desde impunes prestigios, corruptos y rastreros.

Gente de todo el mundo: si enfocan sus oídos
hacia el Sur doloroso, y escuchan un Silencio
palpitante y unánime, reclamando justicia
inequívocamente, terminante, certero...

súmense a este clamor trascendiendo fronteras,
que de esta decisión participen sus pueblos:
es la última vez, donde quiera que sea,
que la mano de un hombre asesina a un maestro.

Virginia Gawel
República Argentina

No hay comentarios: