“Fracasar”, etimológicamente, significa “hacerse pedazos” (como “fraccionar”). Y cada vez que uno, como Osiris, recoge luego sus pedazos, tiene la OPORTUNIDAD de ELEGIR con cuál de ellos quedarse. De descartar lo que NO nos sirva para SER QUIENES NECESITAMOS SER. El fracaso nos muestra lo accesorio, lo inútil, lo mal aprendido, lo que tergiversa nuestra real identidad. Así tenemos la posibilidad de volvernos MÁS ENTEROS, MÁS ÍNTEGROS. Con ello, más modestos, más compasivos, más aceptantes de quienes somos y de nuestros límites verdaderos.
La palabra “éxito” significa “salida”. Y, sí: el VERDADERO éxito es SALIR DE NUESTROS FRACASOS SIENDO MEJORES PERSONAS. Todo otro éxito es de menor importancia comparado con ése.
Carl Jung lo dijo muy límpidamente en un texto escrito en el peculiar estado que le produjera el quebararse un pie y haber tenido simultáneamente un infarto. Cuenta que, en esa situación, sus experiencias, -entre oníricas y visionarias-, le proporcionaron una extraordinaria claridad. Nos dice textualmente sobre este punto:
"Hubo además una cosa que resultó de mi enfermedad.
Podría formularlo como una afirmación del ser:
un sí incondicional a lo que es,
sin objeciones personales.
Aceptar las condiciones de la existencia,
tal como yo la veo: tal como la entiendo.
Y aceptar mi propia esencia,
Aceptar las condiciones de la existencia,
tal como yo la veo: tal como la entiendo.
Y aceptar mi propia esencia,
tal como soy concretamente.
Al principio de la enfermedad
tuve la sensación de haber incurrido
en un error en mi actitud y por ello
ser responsable, en cierta medida, de mis fracasos.
Pero cuando se sigue el camino de la individuación,
cuando se vive la vida,
hay que aceptar también el error;
de lo contrario, la vida no sería completa.
No existe garantía alguna -en ningún instante-
de que no incurramos en el error
Al principio de la enfermedad
tuve la sensación de haber incurrido
en un error en mi actitud y por ello
ser responsable, en cierta medida, de mis fracasos.
Pero cuando se sigue el camino de la individuación,
cuando se vive la vida,
hay que aceptar también el error;
de lo contrario, la vida no sería completa.
No existe garantía alguna -en ningún instante-
de que no incurramos en el error
o en un peligro mortal.
Se cree quizás que existe un camino seguro.
Pero éste sería el camino de los muertos.
Entonces ya no sucedería nada,
o en ningún modo lo que debe ser:
quien sigue el camino seguro,
Se cree quizás que existe un camino seguro.
Pero éste sería el camino de los muertos.
Entonces ya no sucedería nada,
o en ningún modo lo que debe ser:
quien sigue el camino seguro,
está exactamente muerto.
Sólo después de la enfermedad
comprendí lo importante que es para el propio destino
el decir SÍ.
Pues de este modo hay un Yo que luego no desertará
cuando suceda algo inconcebible.
Un Yo que persiste, que soporta la verdad
y que está a la altura del mundo y del destino.
De este modo se habrá experimentado en un fracaso
también una victoria. Nada es estorbo
-ni por fuera ni por dentro-, pues la propia continuidad
ha resistido al fluir del tiempo.”
Sólo después de la enfermedad
comprendí lo importante que es para el propio destino
el decir SÍ.
Pues de este modo hay un Yo que luego no desertará
cuando suceda algo inconcebible.
Un Yo que persiste, que soporta la verdad
y que está a la altura del mundo y del destino.
De este modo se habrá experimentado en un fracaso
también una victoria. Nada es estorbo
-ni por fuera ni por dentro-, pues la propia continuidad
ha resistido al fluir del tiempo.”
Carl Jung
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Imagen: "Sun fractal", de Thomas Place.
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